Puede ser que tú que me lees seas un purista, de aquellos que piensan que la madera no debe mezclarse con ningún otro elemento y que un casco debe resolverse con ensambles de cola de milano como Dios manda. Respeto este enfoque pero me gusta que mis muebles sean eficientes en sus procesos. Es quizás uno de los aspectos más importantes para mí. Además, la madera históricamente se ha utilizado junto con el hierro y, posteriormente, con el acero.
Los romanos usaban clavos en sus construcciones de madera. En la carpintería de ribera los anillos metálicos eran esenciales para enfajar los mástiles. Y cuando la revolución industrial perfeccionó la fabricación del clavo el sistema de construcción de viviendas de madera evolucionó del sistema balloon frame al sistema plataforma, el cual era mucha más rápido en su ejecución. Esto permitió a los colonos americanos expandirse hacia el oeste (aunque claro también tuvo algo que ver la pólvora y el séptimo de caballería).
Servidor que empezó en la carpintería haciendo cascos encontró en la pistola de clavos un aliado perfecto para aumentar la velocidad de ejecución de los trabajos. Me gustaba aquello de clavar. Y cuando me fui adentrando en las profundidades teóricas de este oficio di con D. Christopher Schwarz que habla en su obra de las bondades de este elemento y su uso histórico en el oficio (puedes visitar su blog aquí) . Fue entonces cuando conocí el clavo tradicional usado en carpintería que nada tiene que ver con lo que hoy compramos. Su forma acuñada penetraba en la madera quedando fijado en su interior de manera prácticamente irremovible.
Mi problema surgió cuando fui a comprar clavos de forja de acuñación tradicional o sea a fabricados a golpe de yunque, y no los encontraba por ningún lado. Fue entonces cuando decidí investigar las clavijas de madera de las que publiqué un reel hace unas semanas. Os traigo a continuación el proceso de investigación y las principales conclusiones que saqué.
Planteamiento inicial
Plantear clavijas de madera resulta un problema más bien geométrico. Debes encontrar el ángulo de la clavija para que acuñe la madera sin rajarla y a la vez casar ese ángulo con las métricas de tu juego de brocas. No puedes meter el clavo directamente necesitas una perforación previa. Si no tienes brocas cónicas será necesario usar dos diámetros para aproximar la geometría del orificio a la clavija sin pasarte. Queremos que el clavo comprima las fibras de la madera y que entre bien prieto.
Primer test
Como no tenía referencias del asunto empecé a hacer pruebas por ensayo y error afinando hasta dar con algo que funcionase. Usé una clavija improvisada en nogal tallada con navaja: largo de 60 mm, 9 mm en la cabeza y 5 mm en la punta. Las perforaciones fueron de 5 y 8 mm a ojo.
Resultado: demasiada sección. No conseguí acabar de meter la clavija y el orificio de entrada no quedó completamente cubierto.
Sucesivos tests
Seguí haciendo pruebas. Aquí os dejo las fotos de las dimensiones que fui probando:
Menos pendiente y esquinas redondeadas en la punta
Mejora la inserción, pero aun no es suficiente.
Pendiente mas suave, hay que considerar, que la clavija funcionará con cola, la cual hinchara las fibras de la madera y contribuirá a un mayor acuñamiento.
Bingo! buena pendiente, aunque quizás sea mejor alargar las clavijas hasta 70 mm para facilitar el martilleo.
Pasé la última muestra por la sierra de cinta para ver cómo funcionaban las clavijas por dentro.
Test final
Clavos de 60 mm de largo.
Inserción de 50 mm.
Sección inferior: 5 mm (circular).
Sección superior: 6 mm (cuadrada).
La pieza está solamente clavada con los clavos introducidos en inclinación. Solo hay cola en el clavo no en la unión.
Una vez seco la unión quedó muy firme prácticamente igual que si usara clavos estándar. Al rematar las clavijas el resultado estético me pareció bueno aunque mejoraría con un acabado más cuadrado y vértices definidos. Detalles que se irán puliendo pero lo importante es que la geometría funciona.
Ya solo queda fabricar unos cuantos en serie y usarlos en algún proyecto. Por lo pronto se me ocurre que pueden ser una solución rápida y digna para unos cajones. No tendrán el glamour de unas colas de milano pero son rápidos y quizás te ayuden a ofrecer muebles a precios accesibles sin comprometer calidad.
Como anécdota cuando publiqué el reel un seguidor se ofreció a fabricarme unos clavos tradicionales. Hace poco los recibí y me encantaron. Creo que los usaré en un próximo proyecto. ¡Gracias Pablo!
Si te ha resultado interesante este artículo te invito a que te suscribas a esta newsletter para recibir contenido exclusivo sobre carpintería, técnicas y proyectos, prometo una bonita relección epistolar😘. Además, si tienes algo que aportar déjamelo por comentarios me encantaría conocer tu opinión o experiencias sobre este tema.
¡Felices fiestas y feliz año nuevo!